Conversamos Sol Aguirre Bengoa, la emprendedora que creó junto a dos socias “Brew Sisters”, una marca de cerveza hecha exclusivamente por mujeres.
Las Brew Sisters: Julieta Burini, Clara Bruzone y Sol Aguirre Bengoa.
Cuando pensamos en el “modelo” del maestro cervecero o “brewmaster” tradicional, lo más frecuente es que visualicemos a un hombre fornido, de barba, con una camisa escocesa, jeans y borceguíes. La imagen puede tener variaciones según la persona que la visualice, desde ya, pero lo que rara vez cambia es el género del individuo imaginado. Es decir, pocas son las veces que imaginamos a una maestra cervecera. Lo increíble de todo esto es que durante siglos fueron las mujeres y no los hombres, las encargadas de la producción cervecera y su posterior comercialización, casi en forma exclusiva. Estas mujeres cerveceras comenzaron a producir este famoso brebaje ligado a elaboración casera de pan y, cuando quedaba algún excedente, lo vendían. Es aquí cuando la historia toma un giro curioso y familiar: estas mujeres, que cocinaban la cerveza en grandes calderos humeantes, colocaban una escoba sobre las puertas de sus casas para indicar que allí había un excedente de cerveza a la venta y, cuando salían a vender a lugares públicos, usaban un sombrero alto, negro y en punta para que las pudieran ubicar entre la multitud… suena familiar, ¿no?. Conforme la producción y comercialización de cerveza comenzó a mostrar su potencial lucrativo, mayor fue la resistencia de los hombres de entonces por permitir que estas mujeres usufructuaran aquel nuevo negocio, por lo que todos aquellos símbolos que ilustraban la capacidad productiva y comercial de mujeres independientes, rápidamente fueron convertidos en historias de brujería, difamación y persecución, hasta que su historia quedó reducida a la de las brujas de los cuentos infantiles que todos conocemos.
Algunas de las variedades de Brew Sisters.
“Hoy en día, quien produce cerveza es conocido mundialmente como el “brewmaster”. Incluso, ese es el título que otorgan la mayor cantidad de especializaciones cerveceras, a nivel local e internacional. Y la realidad es que sí existía una palabra con el que se nombraba a aquellas mujeres que cocinaron cerveza durante siglos: esa palabra es BREWSTER. Es inspiradas en aquellas brewsters que elegimos el nombre de nuestro emprendimiento: Brew Sisters”, comenta Sol Aguirre Bengoa, fundadora, junto a Clara Bruzone y Julieta Burini, del emprendimiento de elaboración artesanal y de eventos de educación cervecera, que nace en Bariloche en 2018 y se desarrolla en la misma localidad. “Elegimos este nombre no solamente en honor al trabajo de estas mujeres, sino porque creemos que no se imagina como posible aquello que no se vé, aquello que no se nombra. Brew Sisters intenta volver a poner en el mapa la posibilidad y el derecho de muchas mujeres que se capacitan para trabajar en el sector, a ser elegidas al igual que cualquier hombre, para estar al frente de una fábrica de estas características”, completa.
Julieta encima del proceso.
Según un estudio publicado en 2014 por la Universidad de Stanford, sólo el 4% de los “brewmasters” de las microcervecerías locales son mujeres, aunque al menos 32% de todo el consumo de cerveza artesanal viene de mujeres. En ese sentido, según PINK BOOTS, la asociación norteamericana que busca nuclear y capacitar mujeres para trabajar en el área productiva, solamente 300 de las 7.000 grandes fábricas de cerveza, tienen a una mujer ocupando un lugar en la parte productiva (el 4,3%). Haciendo doble click en este dato, puede observarse que, generalmente, los perfiles de ese grupo reducido de mujeres con un rol activo en la producción de cerveza se corresponden con los de las dueñas de las fábricas, lo que para Sol indica que aquellas que logran cocinar en fabricas grandes es porque tienen el dinero para financiar su armado. “La pregunta que nos hacemos es cuantas mujeres que no tienen acceso a esta financiación, fueron contratadas para cocinar en fabricas de otros”, cuestiona la brewster. En términos locales la Argentina no cuenta con datos estadísticos con perspectiva de genero en el sector y, aunque sí comienzan a aparecer asociaciones de mujeres cerveceras que realizan cocciones colaborativas, según Aguirre Bengoa “en general lo hacen para conmemorar fechas alegóricas a la lucha feminista, pero sin un claro objetivo de comercialización de su producto, algo que nosotras entendemos como un derecho. Este es uno de nuestros principales propósitos como marca: lograr una mayor participación de las mujeres en la producción de cerveza con fines comerciales”.
Respecto de la situación del mercado argentino, Sol destaca el “boom” de las cervecerías, cuando los consumidores fueron en búsqueda de productos de manufacturas menos masivas y con una mayor calidad. “La cerveza artesanal en Argentina tuvo una explosión hace alrededor de siete años. En ese momento un gran número de pequeños productores (“home brewers”) elaboraban cerveza y la comercializaban con márgenes de ganancia interesantes. Con el tiempo, la demanda de volumen y los controles de calidad hicieron que fuera más complejo y costoso cumplir con los requerimientos y por ende los márgenes de ganancia se redujeron. Esto nos trajo a la situación actual en la que queda una cantidad interesante de productores, que pudieron formalizar o profesionalizar sus fábricas y así dotar de más competencia al sector, logrando un marcado aumento de la calidad”. En cuanto al perfil de los consumidores, la Brewster destaca que también atravesó cambios en estos años. “El consumidor de cerveza artesanal se volvió cada vez más experto, sabe qué les gusta, participa de eventos de educación o divulgación cervecera y apoya a sus fábricas favoritas casi como si fuera un fan”, resalta.
Colaboración entre Brew Sisters y Wesley.
Además de su compromiso con el oficio y la reivindicación del lugar que ocupa la mujer en él, las Brew Sisters tienen como uno de sus principales valores la búsqueda de una producción sustentable. “Desde un principio, la marca fue pensada como una fábrica "gipsy" (nómade). Esto no tiene que ver únicamente con no contar con el financiamiento necesario para armar una edificación propia, sino con tener conciencia de que hay muchos lugares con capacidad ociosa y que construir otro espacio más en estas condiciones es un desperdicio de recursos en todos los sentidos”. Por eso, Brew Sisters producen sus cervezas desde las instalaciones de la fábrica de Wesley, en Bariloche, que cuenta con certificación como Empresa B. “Esto quiere decir que tienen una mirada de sustentable en términos de medio ambiente, desde el uso de energía solar hasta la utilización del bagazo resultante de las cocciones para alimentar animales”, destaca Aguirre Bengoa.
Estalladas.
Para cerrar, le preguntamos a Sol qué hace falta para profundizar el desarrollo de la industria a nivel local. “Políticas que apoyen al sector, tanto a quienes están invirtiendo y pudieron montar una fábrica, como también ayudar a quienes no tienen esa posibilidad, mediante el armado de cocinas comunitarias habilitadas para poder tener su producto en regla y comercializarlo”, agrega.
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