La resiliencia está de Moda
- VERBO
- 3 jun 2020
- 4 Min. de lectura
Sylvie Geronimi de la homónima marca de zapatos hechos a medida, Yanina Faour de Oleana Jewlery y Carolina Garzón de Luna Garzón Accesorios, nos cuentan cómo están transformando su negocio.
A medida que pasa el tiempo y ésto de “la cuarentena” pasa de ser algo inusual a ser la antesala de la “nueva normalidad”, son cada vez más las industrias que se están transformando al ritmo que marcan las nuevas necesidades de la clientela y la forma de mantenerse comunicados.
En ese sentido, el sector de la moda y la alta costura argentinos no son la excepción. Estando entre los últimos sectores a los que se les permitirá la reapertura total, dadas las particularidades del funcionamiento comercial del sector, los ejemplos de resiliencia y adaptación son de los más contundentes.
“Por cómo funciona el oficio de hacer zapatos, las piezas no pueden ser hechas por una sola persona. Es por eso que no está siendo habilitado el sector, ya que se dificulta hacer un protocolo sanitario adecuado. Ésto nos llevó a que a fines de Marzo y con la cuarentena recién comenzando, pusiéramos más foco en la fabricación de accesorios, carteras y billeteras que siempre estuvieron en nuestra estructura, aunque un poco más rezagadas porque nuestro foco siempre estuvo puesto en el zapato” nos contó Sylvie Geronimi, de la icónica marca homónima de zapatos hechos a mano con diseños exclusivos.

Sobre la principal transformación que llevaron a cabo, Sylvie destacó: “Pusimos todas las fichas a lo online. Por suerte, hace varios años veníamos trabajando muchísimo en la fidelización y el contacto con la cliente, y en nuestra web con una plataforma sólida, capaz de soportar varios cambios. Durante un tiempo no sentimos que funcionara como un diferencial, pero con todo ésto quedó claro que estábamos yendo por el buen camino. De la mano de la web implementamos rápidamente Instagram y Whatsapp como canales de contacto principales lo que nos permitió, no sólo conservar el contacto cercano con nuestras clientes principales, si no que pudimos llegar a un público nuevo sub 40 años. En la boutique estábamos en un momento de mucho crecimiento, con nuevas clientas y teníamos miedo que eso se perdiera con el cierre de los locales, pero afortunadamente no fue así y lo estamos logrando junto a todo nuestro equipo que pone todo de sí en cada momento”.

Para Yanina Faour, de Oleana Jewelry los cambios fueron de forma y fondo: “Debimos adaptarnos muy rápidamente a la manera de trabajar desde casa, con las redes sociales y el whatsapp. Los clientes también tuvieron que adaptarse a ver lo que ofrecemos desde sus diferentes dispositivos, adaptar sus usuales métodos de pago, no poder ver o probar en persona y al modo delivery”. “Una vez que se nos permitió la reapertura, nuevamente, las transformaciones fueron profundas, especialmente en relación a tomar todos los recaudos para cuidar a nuestros clientes y staff, desinfectando con cada cliente a cada paso, con tapabocas y atendiendo de a un cliente a la vez. Trabajamos mucho con whatsapp y video llamados, porque es muy difícil sustituir la presencia humana con tanto chat. El hablarnos y escucharnos es crucial para sentirnos unidos como equipo y seguir adelante.”, comentó.

Consultada sobre qué rescata de positivo del contexto, destacó: “Creo que esto nos cambió para siempre y pienso que todos los cambios que realizamos llegaron para quedarse, porque además son cambios positivos. Sin dudas es una gimnasia de estados de ánimo y de autoconfianza el salir a trabajar día a día en este contexto, es por eso que la resiliencia es una de las habilidades que descubrimos y que ejercitamos día a día. Finalmente la esperanza es los que nos conduce y nos sostiene, ya que en ella hay infinitas posibilidades”.

“La principal transformación o desafío que debimos enfrentar fue no desaparecer de la cabeza de nuestros compradores, más allá de tener cerradas las tiendas físicas” nos contó Carolina Garzón, de Luna Garzón Accesorios. “Para eso pusimos el énfasis en los canales digitales, y como actitud personal, decidí empezar una comunicación directa, yo misma, con nuestros compradores. Para eso empecé a subir videos mios y a ponerle una cara a la marca, que es la cara de una mujer normal con los mismos conflictos de quien me ve y consume. También puse a disposicion mi whatsapp para quien quisiera preguntar algo y respondo todo personalmente, con la ayuda de una persona que me ayuda en el mantenimiento de la tienda online. La personalización de la venta, la cercanía y mimo a las clientas es un cambio que quedará para siempre”.

“En relación a nuestros productos, comenzamos a tratar al cubreboca como un accesorio necesario, dándole la posibilidad de que no se vea feo o triste en su uso y articulándolo con todos nuestros accesorios. Sin embargo, siento que lo principal es lo que comentaba anteriormente. Creemos que en esta época, sin una buena comunicación, todas las empresas van a desaparecer. El canal y el formato se verán de acuerdo al producto, pero será imprescindible. ¡Luna Garzón tomó como estrategia estar presente!” concluyó Garzón.
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