Marcelo Melo, Director del Hospital de Clínicas "José de San Martín", es el invitado número 11 de BRINDAR!, en la segunda temporada filmada en el Palacio Duhau - Park Hyatt Buenos Aires.
Algo así como "el New Amsterdam argentino", el Clínicas es el hospital escuela de la Universidad de Buenos Aires y uno de los principales referentes en latinoamérica, con sus más de 3.000 colaboradores.
Si querés ver la entrevista en video, podés hacerlo en nuestro canal de Youtube.
Con ustedes, Marcelo Melo.
Maximiliano Sardi: Estamos con Marcelo Melo, Director del Hospital de Clínicas. ¿Cómo estás, Marcelo?.
Marcelo Melo: Todo bien, acá, disfrutando un poco el día fresco y este momento de descanso.
MS: ¿Se puede disfrutar, se puede descansar, en medio de una pandemia? ¿Cómo lo vivís? ¿Sentís que estás en un loop de pandemia - camas - ocupación, en esa lógica de todos los días?.
MM: En realidad se debería tener que descansar. A veces no podemos, porque estamos en esta vorágine donde estamos en forma permanente, donde hace más de un mes estamos con ocupación plena de las camas de terapia y estamos cada a cada hora de cada día viendo cómo podemos brindar una mejor atención y tratando que nadie quede fuera de la atención médica. Deberíamos descansar, a veces se nos complica y eso se refleja en nuestras caras. Uno camina por el Hospital y se encuentra con caras, no tristes, pero sí de cansancio. Gente cansada, pero muy comprometida.
MS: ¿Cómo atacas esos problemas? ¿El día a día lo tenés resuelto? ¿Vas de a un tema por día o de a mil? ¿Cómo administrás un Hospital tan grande como el Clínicas?.
MM: Yo de por sí soy hiperkinético y, creo, soy un tipo adicto al trabajo, así que estoy en mil temas a la vez. Obviamente que precisas un gran equipo y creo que en el Hospital lo tenemos, gente muy responsable y muy comprometida. El asunto es, más que paralizarse ante el problema, enseguida buscar la solución y, si no está la solución enseguida, seguramente la vamos a encontrar porque, hasta ahora, ningún problema nos pasó por encima.
MS: ¿Cuánto de manejar presupuestos y de resolver cosas y cuánto de ser un director técnico en lo humano, en contener, en lo emocional, encontras en tu día a día?.
MM: Esta pandemia sirve también para exponer el estado crítico del sistema de salud en la Argentina y, sobre todo, los hospitales públicos. Es una pandemia que pasa por encima a cualquier sistema de salud, no hay ningún tipo de sistema de salud que pueda soportar este tipo de pandemia.
MS: Ni acá ni en el mundo…
MM: Ni acá ni en el mundo. Es más, en los países más ricos y con mejores tecnologías, como Estados Unidos, Francia, Alemania, la pandemia pasó por encima de cualquier sistema de salud. A mí me toca representar la parte del sistema de salud público argentino, en un hospital que es un hospital representativo de lo que es la medicina en general y un Hospital escuela de la Universidad de Buenos Aires, así que tenemos un montón de responsabilidades y queremos dar la mejor medicina. Pero, lo que es cierto y la gente tiene que entender, es que la mejor medicina está ligada sí o sí a los recursos, y si no tenemos recursos, por más que tengamos en el Hospital los mejores médicos, los mejores enfermeros, los mejores kinesiólogos, si no tenemos recursos difícilmente podamos lograr esa medicina. Sí vamos a hacer un acompañamiento humanitario al paciente y a la familia, pero precisamos recursos.
MS: ¿Y esos recursos están? ¿Te han aumentado el presupuesto este año?.
MM: Sí, aumentó el presupuesto, pero no en la medida que lo necesitamos. Creo que antes lo habíamos hablado, pero por ejemplo, lo que vale una cama de terapia por día es entre 90 mil y 120 mil pesos y tenemos 60 camas. Entonces, tenemos un presupuesto diario de seis millones de pesos. Aún con el aumento de presupuesto que nos dieron recientemente, que fue grande, estamos a mitad de año y ya casi no tenemos presupuesto.
MS: Tu terapia, entonces, cuesta U$S 1 millón al mes. ¿Somos conscientes de esos números? De que el Director del Hospital de Clínicas necesitaría un poco más de un millón de dólares, porque además tenés que resolver un montón de otras cosas, como problemas edilicios y, como bien marcabas, esto nos agarra a mitad de camino.
MM: Desde que agarré la dirección, traté de no prometer y de no decir cosas que no hice. Me puse de acuerdo con la gente de prensa del Hospital, que están muy jerarquizados, en que yo necesito informar lo que hago, no lo que digo que voy a hacer. Entonces, empezamos a planificar un montón de cosas. El Hospital mejoró mucho la parte edilicia, como nuevos ascensores y una nueva guardia, pero obviamente todo eso requiere presupuesto. Hace un mes o dos que estamos en una situación económica muy crítica y con el equipo de prensa y con el Comité de Crisis, al que yo todos los jueves le informo en qué situación estamos, qué es lo que nos falta y demás, salimos a informar cuál era el estado económico del Hospital. A partir de eso, empezamos a recibir algunos aumentos de presupuesto, pero que tampoco nos están alcanzando.
MS: No solamente es un problema de plata, además. Es un problema de tiempo, es un hospital escuela que forma médicos y yo me preguntaba “¿cuánto tiempo lleva formar un terapista?” Entiendo que son como 4 años, entonces en 8 meses de pandemia no te alcanza el tiempo. En un momento el problema eran los respiradores y las camas, pero una vez que tenés resuelto lo físico, empezás a tener un cuello de botella en cuanto al personal y la formación.
MM: Sí, de alguien escuché algo muy inteligente que era: vos podés comprar un respirador y una cama de terapia en un día y podés hacer una vacuna en un año, pero si a eso no le ponés el personal adecuado, sigue siendo un mueble. Para formar un kinesiólogo, un terapista, un enfermero, toda esa formación lleva varios años. Ya de por sí eran especialidades muy exigentes que estaban muy menospreciadas y bastante subvaloradas, entonces, ahora que son los protagonistas principales los terapistas, los kinesiólogos, los enfermeros, es que nos damos cuenta que tenemos un bache enorme que no se puede solucionar en meses. Ese bache requiere una decisión política donde uno debe darle la prioridad a este tipo de especialidades y profesiones, y eso tiene que estar remunerado para que ese terapista, kinesiólogo o enfermero, que trabaja, dedica tanto tiempo y queda cansado, pueda al final del día o del mes poder descansar y no tener que ir a tomar otro empleo. Porque después viene, con que, con el pluriempleo, los médicos, enfermeros y demás, éramos los responsables de contagiar a todo el mundo. Pero si uno no tiene pluriempleo, no puede llevarle la comida a los hijos.
MS: ¿Cómo manejas eso? La culpa o la responsabilidad, que es muy grande porque no sólo estás haciendo un trabajo que pone en juego vidas, sino que después tenés que dar la cara ante la familia, ante el público. El año pasado sufrieron alguna acusación por falsear los números para inflar el tema de la pandemia, algo que fue rápidamente desmentido, pero imagino que la carga es grande.
MM: Sí, la carga es grande. Creo que llega un momento en el que la culpa la manejas con el manejo de tu responsabilidad, es una autorregulación. Yo siento culpa si no hago algo. Si hago algo y por algún motivo me equivoqué o no hice lo que correspondía, no me genera tanta culpa como haberme quedado en forma pasiva sin hacer nada. Creo que ese es un poco el espíritu del Hospital: el Hospital hace. Después si lo que hicimos no fue lo más correcto o lo más correcto, bueno. Pero hicimos, estamos presentes en el día a día. Y eso es algo que el paciente lo ve, porque ve cada día la presencia permanente de los médicos, los enfermeros, los kinesiólogos, y también lo ve la familia, porque nuestra tarea no es sólo tratar pacientes muy complejos, sino también transmitirle toda esa complejidad y la evolución, buena o mala, de los pacientes a las familias que, obviamente, están destruidos. Son momentos muy críticos.
MS: Vos sabés que, a veces, ese manejo de crisis permanente uno lo termina insensibilizando. Por otro lado, creo que la pandemia ha hecho lo contrario, nos ha humanizado, por ejemplo, ha concientizado sobre el manejo del dolor, algo que lanzaron ustedes específicamente el año pasado.
MM: Por esto del dolor, que es una situación bastante crítica en donde hay muchas patologías o muchas enfermedades que generan un dolor crónico en los pacientes y lo inhabilitan para su vida diaria, se formó un Centro del Dolor, que es un punto de referencia latinoamericano y, a partir de ahí, empezamos a manejar patologías cuya única solución posible es darle una mejor calidad de vida al paciente, que es el dolor paliativo. Ahí es donde, a veces, pacientes que no tienen chances de sobrevida o tienen una expectativa de vida muy corta, el objetivo de ese grupo de médicos es que ese tiempo que le queda lo pase de la mejor forma posible. Habitualmente es el dolor el que hace padecer al paciente y tener una agonía los últimos días de su vida. El objetivo mínimo que nos ponemos es cambiar la palabra agonía para que tengan cierto placer o un final de vida de manera más humana. Es un centro muy muy importante y, en esta pandemia y en este momento donde hay pacientes que no tienen chances de sobrevivir y tenemos que dar esos cuidados paliativos, este equipo está muy presente.
MS: En medio de tanto dolor, ¿tenés pequeñas alegrías diarias o motivos para brindar?.
MM: Sí, el primer motivo es haber elegido para mi vida ser Médico. Yo creo que uno cuando trabaja de lo que ama no se cansa. Es cierto que a veces estoy muy cansado, mi cara lo refleja, pero como es lo que amo el cansancio lo supero. La medicina te da alegrías y te da muchas tristezas, pero esas alegrías que tapan las tristezas son pequeñas victorias personales en el plano íntimo y también viendo que uno puede ayudar y colaborar con la gente, que es el objetivo que tenemos los que elegimos ser médicos.
MS: ¿Por qué te gustaría brindar?.
MM: Por lo primero que me gustaría brindar es porque esta pandemia nos deje algún aprendizaje. Lamentablemente creo que no. Yo pensé que íbamos a salir distintos, que íbamos a tener un concepto distinto de lo que es la medicina, de lo que uno puede hacer desde los hospitales, pero me parece que eso no va a pasar y todo va a seguir igual. Pero como soy un optimista al 100%, creo que algo de aprendizaje nos va a dar. Así que yo quiero brindar por volver a una vida normal, con abrazos, con reencuentros, donde podamos no estar atendiendo una sóla patología y dando una cobertura completa donde la gente pueda ir al Hospital para conservar su estado de salud y no ir al Hospital porque está destruido y, lamentablemente, será su morada final. Me gustaría brindar porque esto se acabe y poder volver a una vida y una rutina donde uno pueda disfrutar.
MS: Ojalá que así sea y ojalá que esos aplausos que en algún momento les dedicamos vuelvan a ser escuchados. Muchas gracias.
MM: Gracias a vos.
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